
En el año 1988 en Iquique existía una gran flota pesquera y Don Luís Torres Carvajal tenía en su poder 3 barcos pesqueros, un día la panga de uno de ellos se averió por lo que necesitó contratar una grúa para trasladar la panga auxiliar de éste barco a una maestranza, pues su arreglo sería mucho mas rápido, permitiéndole zarpar el mismo día. Así lo hizo y la panga fue arreglada, por lo que llamó nuevamente a la persona encargada de la grúa y lo contrato para llevar la panga al puerto para poder zarpar y no perder el día de pesca.
La grúa contratada nunca llegó, don Luis Torres agotó todos sus medios para encontrarla, pero sus esfuerzos fueron en vano y tuvo que mandar a la tripulación a sus casas citándolos a la mañana siguiente para continuar lo planificado.